Una vez más, el tan esperado sistema de devolución de depósitos, destinado a transformar la suerte del reciclaje en el Reino Unido, ve cuestionada su integridad. La eficacia de esta política, que podría cambiar las reglas del juego, depende de que el Gobierno allane el camino a las tecnologías del sistema digital de devolución de depósitos (DRS), que eliminan prácticamente todos los problemas identificados, no solo por el grupo multipartidista del Parlamento escocés, sino por otros políticos escoceses de alto nivel como Maurice Golden MSP.

El SDDR digital mitiga el fraude transfronterizo al identificar dónde se ha pagado ya un depósito mediante el uso de etiquetas serializadas en los envases. Su implantación sería más barata y, lo que es más importante, podría integrarse en la actual infraestructura británica de recogida en la acera. Al escanear los envases en cuestión y recibir los depósitos desde casa, a través de una intuitiva aplicación para smartphone, resulta cómodo, permite a los consumidores continuar con sus hábitos de reciclaje y elimina la enorme huella de carbono que suponen los viajes individuales de los consumidores a los puntos de recogida, así como la fabricación, instalación y vaciado de las máquinas de devolución.